La industria manufacturera ha cambiado radicalmente en los últimos 10-15 años. Ha visto una alta productividad y una fuerte innovación, una considerable reorientación de su fuerza de trabajo y su inversión de capital, el desarrollo de nuevos productos para mercados nuevos y emergentes, y una mejora importante en su desempeño ambiental.
El sector manufacturero sigue siendo de vital importancia para la economía de la UE, que actualmente representa el 15,0% de su PIB y proporciona alrededor de 33 millones de empleos. Sin embargo, factores globales como la disminución de los precios de la energía, la disminución de los recursos, la nueva competencia de los mercados emergentes y el envejecimiento de la fuerza laboral han resultado en una tendencia de crecimiento más lenta.
Además, cabe destacar el hecho de que la base de fabricación industrial se extiende mucho más allá del núcleo industrial de la fabricación y representa una proporción mucho mayor de la economía de lo que implican estas estadísticas básicas: servicios empresariales asociados, transporte, comunicaciones, servicios financieros, bienes raíces etc.
El cambio es inevitable en la industria manufacturera moderna. El futuro se define al hacer más con menos, crear productos más compactos y personalizables y volver a alinear las estrategias empresariales para proporcionar más valor.